jueves, 13 de junio de 2013

¿Pero de dónde salen esos caracteres tan raros? (II)


Habíamos dejado nuestra historia antes de la invención del alfabeto coreano (perdonen la poca precisión léxica, pues técnicamente no es un alfabeto, pero dejémoslo así).

Al contrario que en el caso japonés, donde, como veíamos en la anterior entrada, los silabarios hiragana y katakana surgieron poco a poco y su uso no se normalizó hasta siglos después de su invención, en Corea todo ocurrió de forma más rápida y ordenada.

Nuestro protagonista de hoy es un antiguo rey llamado Sejong el Grande (1397-1450), uno de esos reyes que ha pasado a la Historia por ser como realmente debe ser un rey: ilustrado, que miraba por el bienestar y la cultura de su pueblo, docto en agricultura, medicina, música, literatura y derecho. Vamos, todo un partido para cualquier país, ¿no?

Ciertamente, los coreanos deben mucho a este antiguo monarca, pues fue él quien, preocupado por el analfabetismo extremo de sus súbditos, fruto no solo de una sociedad feudal, claro, sino también de un sistema de escritura demasiado complejo y, para más inri, ajeno a la propia lengua, decidió crear un sistema de escritura nuevo para su idioma

Así nació, en 1443, el hangeul (한글). ¿Cuántos alfabetos conocemos creados por una única persona, con una fecha de nacimiento clara e inequívoca y que hayan perdurado en el tiempo como el sistema de escritura básico de un pueblo? Probablemente haya más, sí, pero yo no los conozco. Si tú sí, me encantaría que lo comentaras para aprender todos.

Se dice del hangeul que es el sistema de escritura más lógico del mundo. Si esto no es cierto, estará como mínimo en el top tres. Veamos qué se le pasó por la cabeza al rey Sejong cuando se sentó a imaginar un alfabeto sencillo y adecuado a su lengua.

En primer lugar, es conveniente saber que el hangeul se escribe por sílabas, pero no es un silabario. Me explico: en hiragana y katakana, por ejemplo, «ma», «me», «mi», «mo» y «mu» se escriben de formas totalmente distintas: 

ま -  め - み - も -  (valga el hiragana como ejemplo).

En coreano existe una letra para el sonido de la eme y una para cada vocal, como en nuestro abecedario latino. No obstante, es importante estructurarlas formando una sílaba que debe ocupar, cuando escribimos, un cuadradito de espacio, igual que todas las demás sílabas. Aunque en coreano hay más vocales que en español y japonés, uso algunas de ejemplo, correspondientes más o menos a las nuestras, para que se vea lo que quiero decir:

마 - 매 - 미 - 모 

 Como podrás suponer, el cuadradito es la eme y el resto, las vocales. A veces se coloca la consonante a la izquierda y la vocal a la derecha y a veces la consonante arriba y la vocal abajo. También hay sílabas compuestas de tres, cuatro y hasta cinco letritas, por ejemplo, en  (man) se ha colocado la letra ㄴ(n) debajo de las otras dos para formar la sílaba completa y en (mui) se ha puesto la ㅣ(i) al lado de «mu» para crear un diptongo.

 Nunca vamos a encontrar una vocal ni una consonante solas. Esa es una regla de oro cuando se escribe coreano.

  Los componentes básicos del hangeul son catorce consonantes simples y diez vocales simples. A partir de eso se construye todo lo demás, hasta un total de cuarenta letras, entre simples y compuestas. Nada de miles de caracteres, como en chino, nada de dos silabarios de cuarenta y seis caracteres cada uno, como en japonés. Por eso digo que, una vez aprendí a escribir coreano, ya nunca se me olvidó. No es tan difícil memorizar veinticuatro letras, ¿verdad? Al fin y al cabo, nosotros usamos veintisiete. Una vez se dominan los diferentes caracteres y se entiende cómo funciona su colocación en la sílaba, ya todo el trabajo está hecho. Podemos ponernos a leer coreano en alto como locos, aunque no entendamos una palabra.

 Por último, ¿en qué basó el rey Sejong las letras que inventó?

 Por un lado, tenemos las vocales. Estas están todas basadas en tres trazos básicos que representan diferentes elementos cósmicos: el punto (.), que representa el cielo, la raya vertical (ㅣ), el hombre y la raya horizontal (ㅡ), la tierra. A partir de ahí se forman letras como ㅓ, ㅏ, ㅜ y diptongos como ㅕ, ㅑ, ㅠ.

 Por otro lado, para la creación de las consonantes, el antiguo rey se fijó en la colocación que los órganos vocales (boca, labios o lengua) adoptan cuando se pronuncia cada sonido. Podemos echar un vistazo a algunas tablas ilustrativas aquí. A veces hay que echarle imaginación, pero no puede negarse la lógica subyacente, ¿verdad?

Y con esto creo que he cumplido mi objetivo: arrojar un poquito de luz sobre estos tres sistemas de escritura y ayudarnos a todos a distinguirlos fácilmente. No entra en mis planes convertir este blog en un blog de aprendizaje de coreano, pero seguiré dando pinceladitas coreanas y asiáticas con regularidad. Para quien esté más interesado, en la red hay recursos y materiales muy buenos para iniciarse en cualquiera de estos idiomas. Desde luego, hay mucho más de lo que había hace once o doce años, cuando me puse a buscar por primera vez, e incluso en aquella época encontré algunas cosas muy buenas.

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